jueves, 6 de agosto de 2009

EL CASTILLO, ANDALUZ, DE JAÉN



Mi video recitado...PRESIONA

EL CASTILLO, ANDALUZ, DE JAÉN * Poeta De Torres

El Castillo de Jaén
eran restos de un castillo,
cuando don Manuel Ruiz Cordoba
me llamaba Jesusillo.

EL Castillo de Jaén
fue la meta de Advingeros
que de la revista Advinge
con el desayuno fueron.

Queríamos recibir
al sol, cuando Primavera
iba a nacer con misterio
para darnos la belleza.

El Castillo de Jaén
eran lugar donde iban
las parejas, siempre novios,
a besar su consentido.

Se subía por cuesta arriba,
en veredas perfumadas
por las hierbas que nacían
con el ritmo de la gracia.

Y luego, vadeando riscos
en una Cruz descansabas,
que es la Cruz que desde abajo
parece inútil rozarla.

***
Respirabas cuatro veces
con el aire sin toxinas,
pues entonces, retrasados,
petróleo no... ¡gasolina!

Y mirábamos Jaén,
con La Catedral surgiendo,
casas y calles por rombos
de un crucigrama sin tiempo.

***
¡Ay Jaén, Jaén, Jaén!
Nadie es profeta en su tierra.
Ni nunca sabrán los sabios
que roce toda su tierra.

Y cuando quiero cantar
nada tengo que pensar,
ni letra que componer
ni música que enhebrar.

Digo ¡La calle Maestra!
¡La Alcantarilla y El Parque!
¡La Plaza Santa María!
¡El Santo Rostro del Padre!

¡Jabalcuz y La Alameda!
¡La Virgen de La Capilla!
¡Calle Martinez Molina...!
Y El Abuelo de mi vida.

Jesús de Torres Cabezudo
España, Alicante, 24 de Mayo de 2008

martes, 4 de agosto de 2009

1950...1960 * Me llevaban mis Padrinos, en verano



Mi video recitado... PRESIONA

JABALCÚZ ES POESÍA * Recuerdo 1º

Cal y azulete, del cielo, para pintar.
Agua en cántaros besados, para beber.
Las tinas para bañarse
y una carretera amiga
que a Los Villares llevaba
en un autobús de harina..


Marqueses de Blanco Hermoso,
con sus hijos y sus risas
visitaban, de pasada, La Cantina.

Y Don Andrés, Presbiterio,
con sus labios estrujados
decía La Misa en la esquina,
en un cuarto apretujado.

¡Ay Jabalcúz! ¿Eras eso?

No eras eso Jabalcúz,
pues eras gota del Cielo
en una tierra de Cruz.

Porque tenía en la montaña
la explicación de la vida,
remontarla entre las piedras
para llegar a la cima.

Y unos almendros abuelos
que regalaban allozas
a los chavales grandiosos
con alpargatas y moras.

Y que pinares...
¡Tan altos como la hiedra en alondras!
Y que jardines de amigos...
Y cuantas brillantes cosas.

De La Cueva, ya hablaremos.
Y de una Casería..
Y de un paraíso oculto
que Jabalcúz contenía.

.
Jesús de Torres Cabezudo
Alicante, España a 12 de Marzo de 2008